Cómo reaccionamos cuando nos prohíben y cuando nos liberan

Tengo una ventana privilegiada desde la que poder ver, justo en esta etapa de desconfinamiento (salir a pasear, hacer ejercicio…..), las reacciones de comportamiento que tenemos todos ante prohibiciones de algo que nos resulta placentero, e incluso las reacciones que tenemos ante las prohibiciones en general. Se llama REACTANCIA. En personas sumisas podría parecer que se da menos, pero no, se siente el rechazo a la prohibición, pero conductualmente no llega a manifestarse por miedo.

La reactancia es una manifestación emocional, una reacción de rebeldía, de resistencia ante una imposición que amenaza la libertad. Es una negativa a aceptar «porque sí» una norma, es un intento de posicionarnos, con resistencia, como una defensa de nuestra autonomía. Y esto ocurre en los hijos, sobre todo adolescentes, que están pasando por una época de reafirmación de sus ideas ante cualquiera, con mayor o menor intensidad. Cuanto más prohibimos, más ganas en el otro de hacer.

Cuanto más importante es el área de nuestra vida que se ve amenazada por la prohibición, más intensamente reaccionaremos y con más malestar.

Llevado a esta situación de confinamiento, la psicología predice, basándose en fundamentos comportamentales, y así se cumple que, cuando se «nos prohíbe» y después se «nos permite» cierto grado de liberación, la mayoría reaccionamos como si ese momento fuese el último de nuestras vidas.

«Ahora toooodo para mi» lo perdido y «por si acaso me vuelven a prohibir», más aún. Yo ahora todo…..y ¿qué está pasando? Se produce un efecto rebote. Ante cosas, actividades que no hacíamos, que para nosotros incluso carecían de importancia, prohibirlas les ha dado un protagonismo y peso que ahora, con tal de liberarnos, sirve hacerlas, y nada más lejos a veces de nuestros propósitos.

Yo salgo como sea, «disfrazado» de lo que sea, y aunque sea con miedo.

Sábado, primer día de «libertad» para salir con ciertos criterios, veía desde mi observatorio la cantidad de gente, camuflada en sus trajes de deporte, que salían, unos por la necesidad de lo que habitualmente hacían (deporte) y otros por resarcirse de la prohibición. Doy por hecho que muchos de los que salieron lo hicieron sólo por el mero hecho de poder salir, porque si miramos el grado de disfrute con respecto a otros paseos voluntarios, ese disfrute no ha sido el mismo. También está siendo una salida impuesta encubierta: tienes de tal a tal hora para salir.

Y salir se convierte en salir porque toca, no porque me apetece, y además salgo todo lo que pueda, repito con o sin apetencia, porque me lo han prohibido y «ahora os vais a enterar». Es un pensamiento de posicionamiento personal.

Hay personas que salen a hacer ejercicio cuando nunca lo han hecho y así veía también por esta maravillosa ventana cómo había gente de vuelta que cojeaba, y creo que cojas no habrían salido, pero esas ganas y esa reactancia les ha hecho forzar la máquina para salir sí o sí, todo lo que se pueda.

Es una forma de posicionarnos y de defender, como decía antes, nuestra autonomía. ¿Todos los que han salido han disfrutado del paseo o de la carrera? Para algunos ha sido un sinvivir cruzarse con otros, respirar con dificultad con la mascarilla, cruzarse de acera por la distancia de seguridad, cuerpos en bici que no son los que acostumbran a verse en una bici…..ojo, que la bici está para todos, pero justo ahora algunas bicis se resienten….y las articulaciones también. Salir porque toca. Si pasear es sinónimo de disfrutar, doy por hecho que menos del 50%, en estas condiciones y con estas condiciones, no lo han disfrutado.

Hoy ya es distinto. Segundo día para poder pasear y no tiene nada que ver con ayer. Mucha menos gente, unos lesionados por abusar y otros ya saciados y relajados ante la necesidad de poder salir. Sensación, en unos más que en otros, de recuperado lo prohibido. Y volvemos a la normalidad. La reactancia ahora nos dice que podemos salir, y qué pasa? que pasados unos días no salimos los que nunca hemos salido antes en estas circunstancias. Estamos en una situación de necesidad de quemar el cartucho que nos dan, y ahora que estamos ya tranquilos, porque lo hemos podido hacer, muchos permanecemos en casita tras el experimento, y esperamos la «normalidad».

Vamos quemando etapas, aprovechando precisamente por esa reactancia que todos llevamos cada oportunidad que se nos va ofreciendo y que se va pareciendo a ser libre. Nunca habíamos pensado en la necesidad y lo importante de ser individual, de ser libre conductualmente, libre para disfrutar de lo mínimo como es pasear, libre para percibir lo que muchas veces pasamos por alto y que ahora se convierte en muy importante: poder decidir yo, todo o nada, pero yo.


https://www.abc.es/espana/castilla-la-mancha/toledo/abci-maria-angel-esteban-como-reaccionamos-cuando-prohiben-y-cuando-liberan-202005051409_noticia.html

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