Cómo afrontar la pérdida de trabajo y buscar otro
Perder el trabajo no es un duro golpe sólo a nivel económico, hace estragos a nivel psicológico. La estabilidad a todos los niveles, personal y familiar, se ve seriamente dañada y ahora además esto se eleva a su máxima expresión en situación de pandemia. Impensable para la mayoría lo que está ocurriendo: sin trabajo, sin negocio, con una amenaza de enfermedad en muchos casos mortal, con problemas de pareja, con pérdidas de seres queridos, y con pocas posibilidades de encontrar un nuevo trabajo porque en esta cadena de la vida, ahora, los eslabones están rotos o perdidos. Siempre existe la excepción y el «aventajado» en sacar provecho de los momentos de crisis,o el «listo» con empatía cero y el vago con la excusa perfecta para justificar que prefiere quedarse en casa.
En general tener trabajo va unido no solo a generar dinero, también determina la autoestima. No es lo mismo un despido colectivo que uno individual, ni un despido contando con otras posibilidades económicas, ni es igual si la pareja tiene trabajo, también es distinto según la edad, distinto si la estabilidad de un núcleo familiar depende de ti…..
Normalmente cuando a uno le despiden se produce un sentimiento de culpa e indefensión, aunque sepas que tu actitud ni tu eficacia han tenido que ver, sientes que los demás, los que te rodean y te conocen, pensarán que es por ti. Pocas veces se ve el despido como formando parte de la suerte o como formando parte del interés del que despide. Tendemos a conectar nuestra valía personal con trabajar, ser como los demás... porque tener un trabajo se da por hecho que es obligatorio y depende de ti. Quedarse sin trabajo se siente como un fracaso personal y cobrar el paro como una limosna, algo que nos hace sentir menos, inferiores , sin derechos emocionales a otras cosas. Se pierden las rutinas, el contacto con otras personas, muchas veces aparecen las críticas en la familia, las presiones, y esto empeora aún más la situación.
En un despido colectivo, como estamos viendo en estas semanas, el apoyo social relativiza el malestar aunque la situación personal y familiar sea fatal. Es una protección psicológica para uno mismo «me han despedido como al resto, no por mi ineficacia».
La peor situación de malestar psicológico se da cuando la identidad profesional va ligada a la identidad personal, bueno, más bien al revés, cuando sentimos que somos algo y alguien gracias a nuestro trabajo, cuando las relaciones sociales dependen de nuestro estatus económico, cuando el trato y la valoración que recibimos de los demás, pensamos y sabemos que es por nuestro nivel laboral y no por la calidad de nuestra persona…..ahí es cuando más sentimiento de inferioridad se siente y más malestar psicológico en general. empiezan a evitarse las relaciones con otros, se deja de salir de casa, se siente que la familia también te menosprecia, y te sientes responsable de tener que seguir manteniendo un nivel de vida para ellos que para nada tiene que seguir siendo así. Muchísimas veces el trabajo y el dinero es el fundamento del ego y del qué pensarán los demás de mi, y se sienten avergonzados, se sienten como un fraude para sus familias y para su círculo ,y cuando pasa esto, la depresión está garantizada.
¿Y qué hacer ante esta situación?
Lo más importante es el apoyo familiar, sobre todo de la pareja si la tenemos. No ayuda en nada la presión de los que nos rodean ni las críticas, y más bien pueden parecer un acto de egoísmo por perder un estatus social y un nivel económico.
La mejor forma de ayudar desde fuera, es tranquilizar, relativizar,....porque lo que está pasando está pasando, sí o sí, ...reprochar, anticipar, hacer sentir culpable , sólo sirve para paralizar aún más a esa persona y aumentar su malestar. Hacerles sentir aún peor, culpables, repito, sólo sirve para aumentar el sentimiento de inseguridad, vergüenza irracional, y disminuir la motivación en la búsqueda de un nuevo empleo.
Tengamos en cuenta además que en la cadena ésta de crisis que estamos viviendo , quienes cierran empresas no pueden ofrecer trabajo, y por muy válido , formado y experimentado que seas, la dificultad para trabajar está objetivamente ahí, para todos. ¿Qué mecanismos psicológicos podemos utilizar con nosotros mismos?
Lo primero, repito, nos pguste o no nos guste , está pasando y ponernos pesimistas y negativos no va a ayudar a resolver, que es distinto de la necesidad de desahogo y de exteriorizar la pena y la rabia. Pero tenemos que «recomponernos» y aunque sea terrible lo que nos está pasando, no queda otra que reinventarnos o lanzarnos a buscar otro trabajo. Y mientraaaaaaassssss, piensa que tienes unas vacaciones, estás cubierto con el paro, piénsalo así porque lamentarte, vuelvo a decirte, solo aumenta tu malestar y el de los que te rodean. No te pongas fecha límite para encontrar trabajo porque sólo te va a crear más presión según se acerque esa fecha. Ten en cuenta que ese límite es subjetivo tuyo y que encontrar ese nuevo trabajo depende en muy poco grado de ti. Deprimirte sólo te desmotiva y te hace dar por hecho que no podrás, así que ponte las pilas emocionales y crea, piensa, y sé un poquito positivo, estás donde estás y o eres práctico y paciente o te hundes en la miseria de la pena . No entres en el juego de las presiones de nadie porque «esos» así no te ayudan , no lo olvides. Chantaje emocional fuera!
Y que no se te olvide, la categoría como persona no te la da la categoría profesinal, ni tampoco te la quita, nunca.
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