La necesidad de contacto físico nos hace saltarnos todas las normas


Hoy me encontraba meses después (los de la pandemia) con una de esas personas con las que conectas, con las que te sale una sonrisa, así, espontánea, como si la conocieses de toda la vida porque en esas primeras veces cuando conoces a alguien, eso otro que no es la razón, te moviliza y te dice «aquí sí» (la química, que llamamos los psicólogos) y sientes una alegría tremenda, se te encienden todos los sentidos y te sientes más viva por lo que en este momento esa emoción te aporta…Y desde fuera puede parecer un «¿sólo ver a alguien?» y, lo peor, es que no puedes terminar la manifestación de todo eso que se te ha movilizado por dentro….. de esa chispa situacional inesperada, pero que ilumina el día…..sí!!! A lo que voy, cuántas veces desde marzo nos quedamos «en la puerta» de un abrazo fuerte, de un beso o más de un achuchón y de la cercanía que es normal y natural, cuando ves a alguien importante para ti, alguien que te hace reir solo con imaginarla mentalmente. Y no, no puedes. 

La represión del «no debes» es una actitud responsable en esta situación, pero y a nivel emocional, ¿qué pasa a nivel emocional cuando no podemos manifestar ni recibir esas expresiones necesarias en todas las personas, sensibles o no? A no ser que tengas una psicopatía, y aún así les gusta el afecto, aunque es este caso sea de forma egoísta (recibirlo sin ofrecer nada)...el amor es una emoción necesaria para la supervivencia. Y no hace falta planificarlo, es algo ajeno a la razón , se siente o no se siente…. Y la mejor muestra (alquien me entenderá) mis perros, que me han dado una lección de amor infinito e incondicional como NADIE, a mi precisamente que «no sé en qué consiste la sensibilidad». Es inconsciente sentir cercanía con las buenas personas, espontáneas (y eso se nota en las miradas y en la expresión facial más o menos rígida) y rechazo con las «raras».

Necesitamos siempre la cercanía. No es suficiente saberte querido, necesitamos , todos, las manifestaciones físicas. Las miradas pueden hablar, las sonrisas también, tu cuerpo entero puede saber lo que se siente al ver a alguien relevante, pero no poder concluir con la manifestación no verbal de ese sentimiento, es algo que estamos sufriendo todos los normales y a nivel psicológico se traduce también en ansiedad, en frustración. El contacto físico en muy muy importante, y es que biológicamente está demostrado que libera endorfinas, las que nos dan el chute y nos desencadenan ese bienestar que solo sientes, pero que con palabras casi siempre no se puede expresar. Un abrazo te relaja, te hace sentir más feliz..más seguro....Sí, todo eso lo hace «solamente» un achuchoncito, darlo y recibirlo, es de ida y vuelta la sensación, eh!

Y ¿quienes son más conscientes de la importancia del contacto social, emocional y momentáneamente físico? Todos en situaciones de pérdida, valoramos lo que no tenemos y si es de forma impuesta, aún más. Tenemos cierta capacidad de adaptación ante pérdidas que sabemos no recuperables, una muerte por ejemplo, pero ante pérdidas de manifestaciones emocionales físicas con alguien a quien tenemos ahí, a dos metros, la verdad es que es algo peor que pasar un examen. Inhibir, contener la exteriorización de los sentimientos y del impulso del acercamiento es algo tremendo. No digamos también , cuando conoces a alguien en estos meses y entra a formar parte de tu vida psicológica, cuando se crean relaciones emocionales, nuevamente con una base de química, no buscadas…. de nuevo entramos en un «maltrato» hacia nosotros mismos al racionalizar y reprimir un «me encanta hablar contigo» que solo puede quedarse en palabras. No estoy hablando de sexo, ni mucho menos, que eso puede surgir además, estoy hablando de la exteriorización de sentimientos sin palabras. Y qué poder no tendrá el amor en general, que en estas situaciones nos hace muchas veces imposible mantenernos en «el deber» y transgredimos las normas sociales para hacer efectivas las emocionales, por encima de esos peligros reales.

El sentimiento de amor-cariño que todo lo puede ahora también.

Ana Angel Esteban - Psicóloga clínica y sexóloga - 615224680 - Cita Online

Artículo en el ABC

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