Algunas cosas 'bonitas' de la vida tienen nombre y los ojos verdes

La mayoría de 'cosas' bonitas en la vida, tienen nombre, apellidos, los ojos verdes, marrones y también azules... ¡Sí! 

Esta vez no voy a escribir sobre problemas y sí sobre emociones, sobre emociones aparcadas, emociones no sentidas, emociones que confunden, emociones que te dan vida, emociones reprimidas y sí, todo esto crea problemas a veces, pero también los relativiza e incluso los hace desaparecer. La base de la felicidad y de la insatisfacción siempre está en las percepciones que hacemos sobre lo que sea y en sus emociones asociadas.

 

Hoy escribo para movilizar y dar un tirón de orejas a quienes se sienten 'atascados' en la vida, para quienes no ven aliciente, para quienes se anclan en la pena y en la queja permanente, para quienes machacan su autoestima e incluso la olvidan, escribo para quienes se humillan mientras piden lo que nunca van a obtener, escribo para todos los que no ven lo que tienen, para los negativos, para los obsesivos... y mientras pasan los días y no resuelven nada, ni siquiera su ánimo. Mientras pierden los días y se pierden a sí mismos. Excluyo a las malas personas, por supuesto, a esas que no son enfermas mentales pero que en otros crean enfermedad con intención, excluyo a los tóxicos y narcisistas que por desgracia se nutren de las buenas personas a cambio no obtener del todo, menos mal, la gratificación egoísta que necesitan.

Hoy escribo para agradecer a todas esas personas bonitas estar en mi vida y para agradecer a la vida también todo lo que me da, incluidas las situaciones difíciles que me enseñan a aprender, a querer, y a valorar. Escribo después de experimentar una de esas, en las que la cabecita lo puede todo, y durante las que ves todo, lo que debe permanecer en tu vida, lo que debe desaparecer y de lo que te sientes orgullosa, aún más, de lo que ya decidiste e hiciste. Después de momentos «especiales», valoras, relativizas, anulas, ves y actúas con una claridad que, si ya eras auténtica, ahora lo eres multiplicada por mil, tanto para querer como para no querer. A veces es necesaria una situación complicada al nivel que sea (de salud, familiar,.....) para movilizarte, si aún estás en las situaciones de las que te hablaba antes de pena, de queja, de miedos sin sentido. Quiero hacerte ver la pérdida de energía y tiempo que gastas vanamente mientras sientes rabia, mientras anticipas todo lo malo sin argumentos, mientras odias, mientras te sientes culpable, mientras no haces por miedo, mientras deseas y no te atreves, mientras piensas en el 'qué dirán', que el único efecto que tiene es paralizar tu vida... Quiero hacerte ver que un día llega y decide por ti que hasta aquí, o te dice que aún puede o te da un tirón de orejas por cómo estás haciendo el tonto en algunas cosas. Ese día llega y llega con mensajes y, o los coges y aprendes y creces y te quitas todo lo normativo-patológico que habías aprendido, o los desprecias y aumentan aún más tus 'desgracias' ( otra más a la mochila).

Y hablando de cosas bonitas (que están ahí para todos), entre ellas, están también las personas bonitas en su forma de ser y en su forma espontánea de hacerte sentir, sin explicarte a veces por qué. Son personas que aparecen y con las que se establecen vínculos casi de forma espontánea, se establecen conexiones emocionales que tú no decides, pero que la causalidad, la casualidad y la química ponen en marcha para encontraros ahí y 'cercanos' sin más, como si os conocieseis de toda la vida. 

Hay personas que te dan seguridad, paz, alegría, confianza, y eso tú no eliges sentirlo. Hay personas a las que empiezas a querer desde el minuto uno por intuir en el primer contacto que son una de esas personas bonitas, y sobre las que descubres después que lo son, sin filtros y sin dudas . Hablando de forma personal, coinciden en mi 'grupo de personas bonitas', personas con ojos verdes (increíble), a las que quiero de forma especial , y ¿es casualidad?, bonitas ellas y bonita la dulzura y transparencia de sus miradas, verdes. Belleza emocional acompañada de sonrisas sinceras. Bueno, se coló también una mirada azul con sonrisa tímida. Todas ellas saben quienes son, con nombres y apellidos y 'los ojos verdes'.

Mi especial agradecimiento, cariño y admiración hacia quien llamo yo en mi agenda 'mi tesoro', la doctora M Angeles Fernandez Rojo, nefróloga del Hospital Virgen de la Salud. Su profesionalidad, su empatía, su sensibilidad, su bondad, su inteligencia, su intensa dedicación... ¡Bonita ella entera! y con sus dulces ojazos verdes. Apareció como un Ángel en un momento crítico y, bueno, acompañada por supuesto de ángeles de la enfermería, Elena Martín Luengo. Es una de esas personas a las que quieres desde el principio. ¡Qué afortunados todos sus pacientes!

Hoy escribo para agradecer su cariño a todas esas personas que están en mi vida de forma casual, que me lo demuestran y que lo siento (que es lo más importante) aunque nos veamos poquísimo pero que sabemos que siempre estamos ahí. Por supuesto expresar mi amor infinito e interminable hacia ellas... hacia todas ellas, porque creo que de una manera u otra se lo hago llegar, porque es de verdad. Gracias por supuesto a mis pacientes, que cada día durante horas me hacen sentir especial al sentirme ellos... Gracias por confiar en mí y gracias por brindarme la oportunidad de ayudar con toda la pasión que me despierta mi trabajo. Gracias a la vida por lo que me da y gracias a la vida por movilizar vidas, por movilizar emociones, por hacernos sentir vivos, gracias a la vida de cada día con sus más y sus menos... Y gracias si al leer te replanteas que las cosas no son tan feas como las ves, y empiezas a verlas más bonitas, como tú, aunque no tengas los ojos verdes. Da gracias por estar vivo y por empezar a ilusionarte con lo más mínimo.

Psicóloga clínica y sexóloga

615224680

Artículo en el ABC